Teoría Fenomenológica
y
Teoría de los rasgos
Teoría fenomenológica
de la personalidad
La teoría
fenomenológica de la personalidad, a diferencia del psicoanálisis, considera
que el ser humano no debe ser comprendido como resultado de conflictos ocultos
e inconscientes, sino que tiene una motivación positiva y que, conforme a cómo
evoluciona en la vida, el hombre va logrando obtener niveles superiores de
funcionamiento, teniendo en cuenta que la persona es responsable de sus propias
actuaciones y por ende de las consecuencias que le sobrevienen.
Dos de los teóricos importantes de esta
compresión de la personalidad son Carl Rogers y Gordon Allport. Para Rogers, la
persona desde que nace viene con una serie de capacidades y potenciales los
cuales tiene que seguir cultivando a través de la adquisición de nuevas
destrezas; esta capacidad se ha denominado tendencia a la realización; por el
contrario, cuando el individuo descuida el potencial innato hay una tendencia a
que se vuelva un ser rígido, defensivo, coartado y a menudo se siente amenazado
y ansioso. Por su parte, Allport (1940), resaltó la importancia de los factores
individuales en la determinación de la personalidad, señaló que debía existir
una continuidad motivacional en la vida de la persona, estuvo de acuerdo con Freud
en que la motivación estaba determinada por los instintos sexuales, pero
difiere de él en que esta determinación se dé de manera indefinida pues según
él, el predominio de los instintos sexuales no permanece durante toda la vida.
Para la evaluación de
la personalidad desde este modelo, los teóricos han planteado la utilización de
pruebas tales como: Ordenamientos Q, diseñada por William Stephenson en la
década de los 50’s, es una prueba proyectiva, pero desde el punto de vista
subjetivo proporciona la representación integral de los puntos fuertes y debilidades
de la personalidad de un individuo. Otros instrumentos como la Escala de
Autoconcepto de Tennessee, la escala de Autoconcepto para niños de Piers-Harris
y los Inventarios de Autoestima de Coopersmith. De manera general, desde este
enfoque se tiende a preferir herramientas como los estudios de casos, entrevistas
no estructuradas en lugar de pruebas psicológicas de tipo objetivo (Aiken,
2003).
Teoría de los rasgos
La teoría de los rasgos
se refiere a las características particulares de cada individuo como el
temperamento, la adaptación, la labilidad emocional y los valores que le
permiten al individuo girar en torno a una característica en particular
(Engler, 1996). En este sentido Raymond Cattel, uno de los personajes más
significativos en esta teoría, agrupó los rasgos en cuatro formas que se
anteponen; de esta manera su clasificación fue la siguiente:
a) comunes (propios de
todas las personas) contra únicos (son característicos de individuo); b)
superficiales (fáciles de observar) contra fuentes (solo pueden ser
descubiertos mediante análisis factorial); c) constitucionales (dependen de la
herencia) contra moldeados por el ambiente (dependen del entorno); d) los
dinámicos (motivan a la persona hacia la meta) contra habilidad (capacidad para
alcanzar la meta) contra temperamento (aspectos emocionales de la actividad
dirigida hacia la meta) (Aiken, 2003).
Entre los instrumentos
de evaluación de la personalidad desde esta teoría se encuentra que una de las
herramientas más usadas es el 16PF, desarrollado por Cattel, que definió y
midió a través del análisis funcional los 16 factores o dimensiones de la
personalidad, describiendo lo abierta o cerrada que es una persona, si es
estable o emotiva (Papalia & Wendkos, 1997). En su versión final, el 16PF
dispone de una sola forma, la cual contiene 185 reactivos tomados de las formas
previas del cuestionario, sus preguntas están orientadas hacia la solución de
problemas (Anastasi & Urbina, 1998). Otras de las pruebas desarrolladas
desde esta teoría son las que se presentan a continuación: el MMPI (Minnesota
Multiphasic Personality Inventory) cuyo instrumento evalúa una serie de
características de personalidad pero tiende a resaltar perturbaciones y anormalidades
en la misma. El MMPI ha sido revisado y reformulado en dos versiones: el MMPI-2
y el MMPI para Adolescentes (Anastasi
& Urbina, 1998).
Bibliografía
No hay comentarios.:
Publicar un comentario