Trastornos de Personalidad del Grupo “B”
(Dramáticos, emotivos o inestables)
►Trastorno Antisocial
Características diagnósticas
La característica esencial del trastorno
antisocial de la personalidad es un patrón general de desprecio y violación de
los derechos de los demás, que comienza en la infancia o el principio de la
adolescencia y continúa en la edad adulta. Este patrón también ha sido
denominado psicopatía, sociopatía o trastorno disocial de la personalidad.
Puesto que el engaño y la manipulación son características centrales del
trastorno antisocial de la personalidad, puede ser especialmente útil integrar
la información obtenida en la evaluación clínica sistemática con la información
recogida de fuentes colaterales. Para que se pueda establecer este diagnóstico
el sujeto debe tener al menos 18 años (Criterio B) y tener historia de algunos
síntomas de un trastorno disocial antes de los 15 años (Criterio C). El
trastorno disocial implica un patrón repetitivo y persistente de comportamiento
en el que se violan los derechos básicos de los demás o las principales reglas
o normas sociales apropiadas para la edad. Los comportamientos característicos
específicos del trastorno disocial forman parte de una de estas cuatro
categorías: agresión a la gente o los animales, destrucción de la propiedad,
fraudes o hurtos, o violación grave de las normas. Están descritas con más
detalle en la página 90. El patrón de comportamiento antisocial persiste hasta
la edad adulta. Los sujetos con un trastorno antisocial de la personalidad no
logran adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento
legal (Criterio A1). Pueden perpetrar repetidamente actos que son motivo de
detención (que puede o no producirse) como la destrucción de una propiedad,
hostigar o robar a otros, o dedicarse a actividades ilegales.
►Trastorno
Limite
Características
diagnósticas
La característica esencial del trastorno límite de la personalidad
es un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la
autoimagen y la afectividad, y una notable impulsividad que comienza al
principio de la edad adulta y se da en diversos contextos. Los sujetos con un
trastorno límite de la personalidad realizan frenéticos esfuerzos para evitar
un abandono real o imaginado (Criterio 1). La percepción de una inminente
separación o rechazo,
o la
pérdida de la estructura externa, pueden ocasionar cambios profundos en la
autoimagen, afectividad, cognición y comportamiento. Estos sujetos son muy
sensibles a las circunstancias ambientales. Experimentan intensos temores a ser
abandonados y una ira inapropiada incluso ante una separación que en realidad
es por un tiempo limitado o cuando se producen cambios inevitables en los
planes (p. ej., reacción de desesperación brusca cuando el clínico les anuncia
el final de su tiempo de visita, angustia o enfurecimiento cuando alguien importante
para ellos se retrasa aunque sea sólo unos minutos o cuando tiene que cancelar
su cita). Pueden creer que este «abandono» implica el ser «malos». Estos
temores a ser abandonados están relacionados con la intolerancia a estar solos
y a la necesidad de estar acompañados de otras personas. Sus frenéticos
esfuerzos para evitar el abandono pueden incluir actos impulsivos como los
comportamientos de automutilación o suicidas, que se describen separadamente en
el Criterio 5. Los individuos con un trastorno límite de la personalidad
presentan un patrón de relaciones inestables e intensas (Criterio 2).
►Trastorno
Histriónico
Características
diagnósticas
La característica esencial del trastorno
histriónico de la personalidad es la emotividad generalizada y excesiva y el
comportamiento de búsqueda de atención. Este patrón empieza al principio de la
edad adulta y se da en diversos contextos. Los sujetos con trastorno
histriónico de la personalidad no están cómodos o se sienten despreciados
cuando no son el centro de atención (Criterio 1). En general son vivaces y
dramáticos y tienden a llamar la atención, pudiendo, al principio, seducir a
sus nuevos conocidos por su entusiasmo, por ser aparentemente muy abiertos o
por ser seductores. Sin embargo, estas cualidades van atenuándose con el tiempo
a medida que estos sujetos demandan continuamente ser el centro de atención.
Hacen el papel de ser «el alma de la fiesta». Cuando no son el centro de
atención pueden hacer algo dramático (p. ej., inventar historias, hacer un
drama) para atraer la atención sobre sí mismos. Esta necesidad suele ser
evidente en su comportamiento con el clínico (p. ej., adular, hacer regalos,
hacer descripciones dramáticas de los síntomas físicos y psicológicos que son
reemplazados por síntomas nuevos a cada visita). El aspecto y el comportamiento
de los individuos con este trastorno suelen ser inapropiadamente provocadores y
seductores desde el punto de vista sexual (Criterio 2). Este comportamiento
está dirigido no sólo a las personas por las que el sujeto tiene un interés
sexual o romántico, sino que se da en una gran variedad de relaciones sociales,
laborales y profesionales, más allá de lo que sería adecuado para ese contexto
social. La expresión emocional puede ser superficial y rápidamente cambiante
(Criterio 3).
►Trastorno
Narcisista
Características
diagnósticas La característica esencial del trastorno narcisista de la
personalidad es un patrón general de grandiosidad, necesidad de admiración y
falta de empatía que empieza al comienzo de la edad adulta y que se da en
diversos contextos.
Los
sujetos con este trastorno tienen un sentido grandioso de autoimportancia
(Criterio 1). Es habitual en ellos el sobrevalorar sus capacidades y exagerar
sus conocimientos y cualidades, con lo que frecuentemente dan la impresión de
ser jactanciosos y presuntuosos. Pueden asumir alegremente el que otros
otorguen un valor exagerado a sus actos y sorprenderse cuando no reciben las
alabanzas que esperan y que creen merecer. Es frecuente que de forma implícita
en la exageración de sus logros se dé una infravaloración (devaluación) de la
contribución de los demás. A menudo están preocupados por fantasías de éxito
ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios (Criterio 2). Pueden
entregarse a rumiaciones sobre la admiración y los privilegios que «hace tiempo
que les deben» y compararse favorablemente con gente famosa o privilegiada. Los
sujetos con trastorno narcisista de la personalidad creen que son superiores,
especiales o únicos y esperan que los demás les reconozcan como tales (Criterio
3). Piensan que sólo les pueden comprender o sólo pueden relacionarse con otras
personas que son especiales o de alto status y atribuyen a aquellos con quienes
tienen relación las cualidades de ser «únicos», «perfectos» o de tener
«talento». Los sujetos con este trastorno creen que sus necesidades son
especiales y fuera del alcanze de la gente corriente. Su propia autoestima está
aumentada (por reflejo) por el valor idealizado que asignan a aquellos con
quienes se relacionan. Es probable que insistan en que sólo quieren a la
persona «más importante» (médico, abogado, peluquero, profesor) o pertenecer a
las «mejores» instituciones, pero pueden devaluar las credenciales de quienes
les contrarían.
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